lunes, 15 de junio de 2015

Publicada la entrega 31ª: Una bandera, un himno y… ¡tierra, trágame!

Una conversación deseada pero difícil, entre una adolescente de trece años, ignorante de muchas cosas que debería saber, y una mujer a las puertas de la muerte, sabedora de otras tantas cosas que debe callar. Un diálogo que fluye en sintonía de sentimientos y emociones que despierta el terruño. Un aprecio mutuo que escapa en gestos y palabras, y va más allá de la aparente realidad. Y al final, una sentencia disimulada en la obviedad, una advertencia que no se puede expresar de otro modo, un miedo velado de una mujer que se apaga y teme que se repita la historia.
Para mí, se trata sin duda de uno de los episodios más tiernos y bonitos de la novela, que todavía despierta en mí la emoción al releerla. Ojalá todos tuvierais un ratito para compartirla.

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