miércoles, 3 de junio de 2015

Publicada la entrega 29ª: Riñas para un deseo.

El reloj de la vida marca el amanecer a la exaltación del amor y su cara oculta, más física y sensual, reservada a momentos de intimidad e introspección. Juegos adolescentes sobre paisaje de juncos y tarayes por los que discurre la transparencia de un riachuelo de montaña. Riñas que se individualizan y encubren deseos que pugnan contra la norma por adquirir una esencia tan real como la que se desborda en el mundo de los sueños.

Esperanza sigue disfrutando de esos momentos especiales para ella cuando Luis se encuentra en el cortijo. La enfermedad de Soledad se convierte en triste aliada para ese fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario