Entre nostalgias de un tiempo perdido y con el sabor de aquellos pasodobles de antaño en las verbenas de pueblo, avanza nuestra historia. Una chica y un chico que se gustaron en su adolescencia vuelven a estar frente a frente mientras suena Luna de España.
Esperanza se acercó a
él. Faldita corta oscura, camisa clara ajustada y unos zapatos de poco tacón.
Había crecido en todo, y las formas adolescentes que él recordaba, cuando hacía
pocos años la veía guapa, inteligente, graciosa con aquella forma tan fina de
hablar, pero demasiado niña para él, habían dado lugar a aquella escultura
bizantina.
Que disfrutéis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario